
No había plan B
Aún antes de que el candidato de su partido César Hereford Larios llegara a la presidencia municipal, El Ingeniero Ramón Corona entonces presidente del PRI de Unión de Tula, sabía muy bien de la trascendencia que tendría llevar a cabo el proyecto de la construcción de la Casa de la Cultura Municipal. Al tomar posesión en Enero del 2007 Hereford, y Ramón Corona ser designado encargado de obras públicas, lo primero que hizo este último (después de la construcción de los vestidores y baños en la unidad deportiva) fue convencer al nuevo presidente de que aceptara llevar a buen fin este proyecto cultural.
Dado la entonces cercanía entre estos dos funcionarios, no fue difícil que el primer edil se convenciera de las bondades de un proyecto de este tipo, por lo que de inmediato se empezaron de manera entusiasta a realizar las labores de gestión ante las instancias correspondientes. Esto dio como resultado que para mediados de ese mismo año, la obra ya estuviera en marcha.
Esta decisión de adoptar este proyecto por parte del presidente municipal permitió que se manejara un flujo constante de los recursos necesarios tanto para contratar a varios trabajadores de la construcción como para facilitar la adquisición en forma ininterrumpida de los materiales necesarios, inclusive algunos de ellos con terminados de lujo.
Para Agosto del 2008, las obras de esta primera etapa habían concluido. Se había finalizado de manera muy eficiente el plan A de la obra cumbre del periodo de gobierno de César Hereford Larios,
pero no había plan B.
En Septiembre del 2008 se entregó el lugar por parte de los encargados de obras públicas. A partir de entonces... ¿Qué es lo que ha sucedido?
Con la idea de que este notable espacio fuera inaugurado por el Gobernador del Estado, se aplazó una y otra vez la fecha de este evento hasta llegar a superar los noventa días de espera. Finalmente este plazo concluyó el pasado Lunes 16 de Febrero con el arribo de la esposa del mandatario estatal para mantener en esta cabecera municipal una reunión regional referente al DIF estatal que ella preside.
Aprovechando esta visita, las autoridades municipales se dieron a la tarea de organizar una ceremonia del tipo de las que buscan ante todo dar lustre a la autoridad en turno que se presta a cortar el tradicional listón: "breve y apresurada" esto, dado lo ocupado de la agenda que la funcionaria tenía que cumplir. Situación explicable -eso lo hemos visto y lo seguiremos viendo- al fin y al cabo lo trascendental para muchos era lo que sucedería a partir de ahí.
Se iniciaron formalmente actividades con una semana cultural que sería el marco de la inauguración, la cual según una opinión propia pero que es compartida por otras personas, se conformó mas acorde para una escuela de nivel medio llámese secundaria o preparatoria que para una Casa de la Cultura de trascendencia regional, como se busca que sea esta. Coincidimos en que, en lugar de buscar alguna presentación que causara revuelo y de alguna forma impactara culturalmente a la comunidad, las autoridades encargadas se concretaron a llevar las tradicionales agrupaciones que integran los intercambios municipales y que de manera constante se presentan en la plaza principal, además de incluir algunos grupos juveniles de la localidad.
Unas presentaciones que se desarrollaron casi en su totalidad a unos treinta metros de las impecables instalaciones, sobre un entarimado en una cancha de basquetbol anexa y que tuvieron debido a una deficiente difusión, bastante menos público del que merecían tener; esto mientras al interior de este complejo cultural vacío, se tuvo que improvisar una exposición pictórica allegándose obra de amigos de los funcionarios encargados.
De cualquier manera se completó el programa de esta semana cultural, desde entonces han pasado quince días y de manera preocupante la Casa de la Cultura se ha mostrado otra vez vacía e inerte, esta vez pese a tener al menos formalmente sus puertas abiertas.
Todo parece indicar que, a partir de la inauguración se empezó todo desde cero. Al momento, como no hay ningún tipo de política cultural visible, no se vislumbra fecha para el inicio de su equipamiento, no hay promoción del lugar, no hay calendarización de eventos ni de talleres, por lo tanto no hay horarios y por ende no hay visitantes. La pregunta que hago en este blog es ¿Qué fue lo que se planificó durante mas de un año, desde que se sabía de la autorización de dicha obra?
La respuesta es evidente.
Para finalizar, aprovecho este espacio, como único medio cultural alternativo que hay en el municipio, para invitar a todos aquellos interesados en que este recinto tenga la repercusión social que se merece, a que no se desilusionen ante esta pasividad oficial, esta obra para concretarse tuvo muchos obstáculos que sortear: A quienes objetaron que una obra de esta magnitud fuera destinada a la cultura, a los que no aceptaron que para este recinto se dispusiera de una parte de la Alameda Municipal, a los que con apatía previeron en esta obra un "elefante blanco".
Solo unificados podremos demostrar que se equivocaron en sus apreciaciones... ¡Vamos por un Consejo Ciudadano para la Casa de la Cultura!
Carlos Jesús Corona
Contacto: zatrapa21@revistapasatiempo.com
-
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Participa con tu comentario y enriquece la interacción entre los lectores...