
En pleno tiempo de calor, cuando la tierra está como comal caliente, surgen para el paladar del ser humano unas frutas suculentas y de vivo colorido: las pitayas con sus vistosos tonos de púrpura, naranja, solferino y blanco . Estas cactáceas ya son parte del paisaje urbano tapatío y de otras ciudades, pueblos y rancherías.
El punto de referencia de la pitaya en Guadalajara, es la plazuela de Las Nueve Esquinas, donde este hace tiempo los pitayeros han echado raíces como vendedores de este fruto, junto con otras plantas de esta cálida estación, como los guamuchiles

Son varios los municipios pitayeros en Jalisco. Los que más están a la vista son los ubicados junto a las carreteras que van a Colima, tanto la autopista, como por la vía libre. Un ejemplo es Techaluta, donde prácticamente dos meses, la pitaya se convierte en el motor de la economía de este pueblo de la cuenca de la laguna de Sayula.
Los pitayeros dicen que este fruto es noble, cerril y dadivoso en el ingreso, siempre y cuando no se batalle para venderlo, dado que tiene una vida reducida antes de caducar.

El ritual del corte de la pitaya es muy exigente, dado que exige una gran desmañanada porque hay que andar por el campo tumbando las frutas a eso de las dos de la madrugada de parte de los cortadores que se llevan en la cabeza una linterna para abrirse paso en la oscuridad para tumbar las frutas con los ganchos que llevan sus varejones.

En una canasta de fibra de otate hay que llevar las pitayas, protegidas con sus ramas de alfalfa para que conserven su frescura, a los sitios de venta, lo que incluye desde un paradero junto a la carretera, un mercado o en andar por la calles de pueblos y ciudades buscando al consumidor.
Con la llegada de las lluvias prácticamente termina la temporada de las pitayas en los pueblos más comunicados con Guadalajara, como Techaluta, Zacoalco, Acatlán y Autlán.

Aunque durante el verano todavía se pueden paladear estas cactáceas de los municipios del llamado Llano en Llamas, como en Tolimán, donde en pleno agosto los pitayos están colmados de su fruta.
Dicen algunos optimistas que el comercio de la pitaya, tiene mucho por transitar, como el llevar esta fruta a nuestros paisanos radicados en la Unión Americana, lo que necesitará del ímpetu empresarial de los pitayeros.

Cortesía: Público
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