
Un escritor llamado Saúl Juárez editó un libro en el cual intenta describir la situación de la cultura en México. A continuación les presento un muy ilustrativo fragmento, por supuesto si encuentran alguna similitud, solo es una extraordinaria coincidencia…
LOS LEONES Y EL GALLO DE LA PASIÓN
- Yo no soy de los que se andan por las ramas. Lo que quiero pedirle es que me ayude a organizar un evento cultural. Una cosa bien hecha, de altura.
LOS LEONES Y EL GALLO DE LA PASIÓN
- Yo no soy de los que se andan por las ramas. Lo que quiero pedirle es que me ayude a organizar un evento cultural. Una cosa bien hecha, de altura.
- Con todo gusto, señor presidente. ¿Ha pensado usted en algo?
- Mire, quiero que en las fiestas de mayo no sólo tengamos gallos, jolgorio y tomadera. Me gustaría algo más refinado; un gran evento cultural que coincida con la visita del gobernador.
- Le propongo un programa cultural paralelo a la feria.
- Eso, un programa cultural… Pero qué le parece si lo planeamos fuera de esta oficina y a la voz de unos mezcales. - Imagínese usted que este pueblo ni siquiera tiene reina, nunca ha tenido… Lo primero entonces es conseguir una reina de las fiestas. Ya le eché el ojo a tres candidatas que están que se caen de la rama. A usted le tocará convencer a los padres porque si yo se los propongo se van a imaginar otra cosa. Hay que hacerlo todo con seriedad. La coronamos en la cancha de básquet y la nombramos además reina de la primavera, ¿le parece bien?
- Pero es que de los asuntos culturales de los que yo me encargo/
- Y carros, eso es, carros. Pinches carros alegóricos a todo tren. Nunca se han visto por acá. ¡Y un desfile¡ que empiece en la fuente y acabe en la escuela. Con los niños disfrazados de conejos y pájaros. Es primavera… hasta a las putas me las traigo a desfilar vestidas de enfermeras… Pero, a ver, le va a saber a vidrio. No me dirá que a los de cultura no les gusta el trago. Yo digo que es un buen alimento del espíritu.
- No, sí nos gusta, pero yo creo que lo que usted necesita es el
apoyo de turismo porque/
- ¡Muy buena idea¡ Se necesita atraer al turismo que casi nunca llega a este pueblo escondido. Ya lo había pensado, no crea que somos tan brutos. Para que venga gente de fuera hay que preparar una exposición de nuestros productos. Nosotros nos pulimos con el mezcal. Invitamos a los pueblos vecinos. Le ponemos un stand a las paleterías que son el orgullo de por acá y otro a la fábrica de chocolate y además, pero eso sí me lo deja a mí, organizamos una exposición y venta de ganado bovino. De ese asunto sí sé. Ya está hecho. Salud… Salud por las fiestas de mayo.
- Yo preferiría que/
- Ya verá el calorón tan sabroso que nos va a tocar… A usted le corresponde preocuparse por la que eche gorgoritos. La gorda no puede fallar. Las viejitas ricas del pueblo ya me ofrecieron su piano. Será después de la coronación… Por cierto, me dijeron que usted es escritor, no se nos va a rajar, ¿verdad? A las reinas las vuelven locas los poetas. Usted dice… Pero si no quiere, aquí tenemos uno, un sobrino mío bastante baquetón que nunca ha trabajado. También le hace a la literatura. Le voy a dar su oportunidad de consagrarse… ¿Nos tomamos la otra que nos traigan una sopita de médula para que no raspe tanto?
- Queda muy poco tiempo, ya estamos en abril.
- No se apure, las cosas muy planeadas nunca salen… Ya verá que le tendremos listas al gobernador todas las calles, bien adornadas y bien pintadas. Lo primero que hará el señor es inaugurar un aula con su nombre y otra con el mío. Así lo quisieron los maestros, y no yo, que conste. Y luego, aprovecho, calladita la cosa para que me bautice a un nieto que ya pasa de los dos años y sigue hereje porque el gober no ha podido venir. Después, la comida amenizada por la estudiantina que voy a formar… Quiero además el mejor ballet de México. De Amalia Hernández para arriba. No vamos a andar con medias tintas.
- Es difícil que deje su temporada en Bellas Artes.
- Usted verá. Pero tome en cuenta que vamos a entregarle a ella y a usted las llaves de la ciudad… Cultura es lo que nos falta y en ese reglón no voy a escatimar… En cuanto al presupuesto, ya casi lo tengo. Como decía mi abuelo: no necesito que me den sino que me pongan donde haiga. Y es donde yo lo voy a poner a usted. A las seis le tengo arreglada una cita con los Leones para que les explique nuestro proyecto. Lo que falta es cultura, les dice. Tiene que entusiasmarlos y conmoverlos porque a veces no le dan agua ni al gallo de la pasión. Y a mí menos que a nadie. Ya sabe usted como son la política y las envidias. Pueblo chico infierno grande.
- ¿Una reunión con los Leones? Con estos mezcales vamos a
llegar bien alumbrados.
- Va a llegar usted solo. Yo aquí lo espero con algunos del cabildo que no tardan en venir. Esos sí son de los míos. Lo estaremos aguardando para que nos dé las buenas noticias. Le confieso que a mí los Leones no me harían caso pero a usted no se le pueden negar. Pídales cincuenta millones y comprométase a que el Ayuntamiento pone los cuetes y el castillo.
- Pero es que ni me conocen.
- Usted es la autoridad cultural, ¿O me equivoco? Escuche un consejo de viejo zorro: dígales que viene de parte del gobernador y luego busque cómo llegarles por el lado de las señoras, ahí estarán también. Ellos son sólo un costal de mandilones. Encuentre la manera de que las viejas urracas sepan que van a tener la oportunidad de sacar sus galas, mover la cola y peinarse de salón. Ahí está la clave…
- Pero es que/
- No, si ya vamos montados en caballo de hacienda. Primavera Cultural… Suena bien… Quiero decirle que ya le informé al particular que usted nos ayudará mucho… Y ándele que ya es hora. Camine a la izquierda tres calles, doble a la derecha y en la segunda casa están los Leones esperándolo. Ya sabe: lo único que a este pueblo le falta es cultura.
Ficha Bibliográfica: Juárez, Saúl. Los leones y el gallo de la pasión. En si van al paraíso (pp. 85-88). México: UNAM
C J Corona
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