jueves, abril 24, 2008

La información y la lectura en números

Existen alrededor de 160 millones de páginas en Internet, más de 74 millones de blogs y se envían más de 60 mil millones de e-mails diarios, antes de que termine este año la cantidad de computadoras en el mundo será de mil millones.Sólo 5 por ciento de los contenidos en Internet están en español.

Los españoles leen anualmente entre 10 y 12 libros, los franceses 20, los estadunidenses 40 y los noruegos 47; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda cuatro títulos anuales y un nivel óptimo de 24.

El promedio de lectura al año del mexicano es de 2.9 libros, según la Encuesta Anual de Cultura 2006; 2.8 según un estudio de las Naciones Unidas. Dos según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 1.5 según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 1.2 según cifras de 2005 de la UNESCO, algunos dicen que un libro o medio al año, y otros que 25 páginas.

Las cifras de lectura incluyen los libros de texto escolares. Una encuesta de Mitofsky indicó que 60.9 por ciento de mexicanos dice haber leído uno o más libros al año, pero no recuerdan el último. Sólo existen 15 millones de lectores. Sólo 2 por ciento tiene el hábito de la lectura, según una encuesta de la Procuraduría Federal del Consumidor.

En la mitad de los hogares donde hay algún profesional se tienen menos de 30 libros, 18 por ciento de quienes han realizado estudios superiores o de posgrado nunca han visitado una librería; 21 por ciento de la población mexicana no tiene un solo libro en casa.

Varios millones de mexicanos tienen contacto con la lectura sólo durante 10 minutos en la misa dominical; 57 por ciento son analfabetos funcionales: saben leer y escribir pero lo hacen mal o no lo hacen.

Una lista de la OCDE sobre índice de lectura realizado en 108 países colocó a México en el lugar 107; Adrián de Garay Sánchez en un estudio de 2001, muestra los resultados de un cuestionario aplicado a universitarios mexicanos que arroja lo siguiente: 12.4 por ciento nunca compra un libro, 46.4 casi nunca, 30.2 a veces y sólo 11 por ciento frecuentemente.

Cortesía: La Jornada

martes, abril 22, 2008

Hidroeléctricas en Unión de Tula


Presa Trigomíl









Jalisco se ha colocado, junto con Veracruz, en la región del País con más autorizaciones para la construcción de pequeñas hidroeléctricas privadas, aprovechando el furor mundial por las energías alternas y la apertura del sector a los particulares.

De las 17 autorizaciones emitidas por la Comisión Reguladora de Energía, cinco han sido para desarrollarse en Jalisco, al igual que en Veracruz, dos en Guerrero y Puebla, mientras que Nayarit , Oaxaca e Hidalgo tienen una cada uno.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la de Energía (Sener) han autorizado proyectos en las presas Cajón de Peñas, Constitución de Apatzingán, y Las Trojes, en los municipios jaliscienses de Tomatlán, Jilotlán de los Dolores y Pihuamo, respectivamente.

El primero está en construcción, mientras que los dos últimos ya están funcionando. El de Pihuamo fue inaugurado por Vicente Fox Quesada el 12 de septiembre de 2006.

En puerta están dos proyectos más, en Unión de Tula, en las presas Tacotán y Trigomil, con una inversión de 197 millones de pesos por parte de la empresa española Energy Resources y sus socios, entre los que se encuentra la Empresa Mexicana de Electrogeneración, vinculada a Omnilife, de Jorge Vergara.

Las autorizaciones están en proceso por parte de la Semarnat, dependencia que analiza las manifestaciones de impacto ambiental que le presentaron los españoles, que en los proyectos de Jalisco se hacen llamar Hidroeléctrica Tacotán, e Hidroeléctrica Trigomil.

El negocio es redondo. Energy Resources señala en sus solicitudes de permisos ambientales que en Tacotán obtendrán ganancias anuales de 14 millones 54 mil pesos, mientras que Trigomil alcanzará 18 millones 462 mil pesos por año.

Para el Frente de Trabajadores de Energía, que aglutina a empleados de este sector, lo que sucede en Jalisco y otros estados de la República, como Veracruz, Puebla y Guerrero, es un proceso de privatización paulatina de la energía eléctrica, situación con la que públicamente se manifiestan en contra, con documentos de difusión colocados en su página web www.fte-energia.org/E90/07.html.

Las hidroeléctricas privadas son pequeñas puesto que por ley no pueden edificarse para una capacidad mayor a 30 megawatts. La hidroeléctrica El Cajón, sobre el Río Santiago, tiene una capacidad instalada de 750 megawatts.

Las de Trigomil y Tacotán utilizarán aguas del Río Ayuquila, y se ubicarán muy cerca de los límites de la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, razón por la cual la Semarnat ha solicitado información más puntual sobre los proyectos, específicamente sobre las posibles afectaciones ambientales, para dictaminar o no su aprobación.

El Centro Mario Molina, que encabeza el Nobel mexicano, ha señalado en el documento Hacia Una Estrategia Nacional de Acción Climática, en el Capítulo 4, que las pequeñas hidroeléctricas son uno de los elementos que pueden contribuir a que no se incrementen las emisiones a la atmósfera de gases efecto invernadero, ya que no utilizan combustibles fósiles para la generación de energía (http://www.centromariomolina.org/accion_climatica.html).


¿Cómo funcionan?

- Las pequeñas hidroeléctricas, como las que se instalan en Jalisco, o las grandes, como las ubicadas sobre el Río Santiago por la CFE, funcionan igual, aprovechando la fuerza de la corriente de agua para mover turbinas.

- El movimiento de las turbinas es lo que genera la energía eléctrica.

- Casi toda la energía del País se genera a partir del calor que se produce por la quema de combustibles fósiles como el gas y el combustóleo, generando grandes volúmenes de emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera.

- Las grandes hidroeléctricas pueden producir gas metano, por la descomposición de la materia orgánica de las zonas que inundan, ayudando así al calentamiento global.

- Las pequeñas hidroeléctricas no inundan más áreas de las ya afectadas, puesto que utilizan los embalses de presas ya creadas para otros fines.


Leyes flexibles

La Ley del Servicio Público de Energía dice en su artículo 1 que corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público, pero el artículo 3 señala que no se considera como servicio público la generación de energía eléctrica clasificada como autoabastecimiento, cogeneración y pequeña producción, como los casos que se dan en Jalisco.

El reglamento de esta legislación, en su artículo 111, señala que los particulares de pequeña producción no podrán tener una capacidad instalada mayor a 30 megawatts. Las que se instalan en Jalisco no llegan a los 20 megawatts.
Hidroeléctricas locales

Constitución de Apatzingán en Jilotlán de los Dolores

Capacidad: 19 Mw
Producción: 76.29 Gw/h
Empresa: Corporación Mexicana de Hidroelectricidad - Proveedora de Electricidad de Occidente
Permiso: E/241/AUT/2003


Cajón de Peña en Tomatlán

Capacidad:1.20 Mw
Producción: 7.71 Gw/h
Empresa: Hidroeléctrica Cajón de Peña
Permiso: E/509/AUT/2006


Las Trojes en Pihuamo

Capacidad: 9.15 Mw
Producción: 37 Gw/h
Empresa: Hidroelectricidad del Pacífico - Enel, de Italia
Permiso: E/147/AUT/99


Tacotán en Unión de Tula

Capacidad: 4 Mw
Producción: 22 Gw/h
Empresa: Energy Resources
Permiso: E/204/AUT/2001


Trigomil en Unión de Tula

Capacidad: 7.8 Mw
Producción: 35 Gw/h
Empresa: Energy Resources
Permiso: E/203/AUT/2001


Mw: Megawatts

Gw/h: Gigawatts hora

Cortesía: MURAL

domingo, abril 20, 2008

El Stonehenge de Jalisco













En la cumbre de Las Águilas, el caminante encontrará alineadas tres rocas monumentales de forma alargada que, de acuerdo con los lugareños, fueron colocadas por culturas prehispánicas para medir el tiempo. Para llegar al lugar, ubicado a cuatro kilómetros de Cuautla, en la sierra occidental de Jalisco, es necesario caminar aproximadamente 30 minutos cuesta arriba por una pendiente de tierra, que permanece seca y caliente durante Invierno y Primavera, sobre una elevación que forma parte de una pequeña cordillera separada de las montañas.

En Las Águilas, la vista domina el horizonte hacia el Oriente y el Poniente, marcado por una secuencia de montañas; el valle a los pies de la cordillera, donde se encuentra Cuautla; los plantíos azules de agave y, arriba, la cavidad del cielo. Las tres rocas son de cuatro y cinco metros de altura, también hay diversas piedras a nivel del suelo, con orificios que parecieran estar tallados por la mano del hombre, a manera de relojes de Sol para marcar el tiempo o de cuencos para detener el agua. Hay, también, algunas construcciones de forma circular que pudieran ser prehispánicas.

Sin embargo, todo es aún incierto: faltan estudios especializados de astronomía, geología y arqueología para determinar con certeza el origen del lugar. Pero los pobladores de Cuautla están dispuestos hacer las gestiones necesarias para saber. Para que alguien les confirme que la cumbre de Las Águilas es su tesoro.

El arqueólogo Otto Schöndube, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizó una exploración de superficie con la finalidad de determinar si se trata de un sitio construido por la mano del hombre para observaciones astronómicas. El especialista subió a la cima armado con dos pequeños aparatos similares a las brújulas: uno para medir la presión atmosférica y, a partir de eso, ubicar la altitud sobre el nivel del mar. El otro instrumento era para contar los pasos caminados. Durante lo que la arqueología llama científicamente “exploración de superficie”, Otto Schöndube observó el terreno minuciosamente, recogió algunas rocas y lo que parecía un tepalcate e hizo mediciones con su “brújula” frente a los tres monolitos, en una tarea donde la experiencia y el ojo agudo de un arqueólogo bien entrenado son fundamentales.







Después de recorrer el sitio a pie y realizar observaciones en el entorno, el especialista concluyó que se trata de una formación geológica natural de origen volcánico muy llamativa, entre cuyas rocas destacan tres de proporción monumental, que parecen pilares con una apertura relativa entre ellas, dando lugar a una especie de mira. La tradición oral, recabada y comprobada por Miguel Mora de Mendoza, autor de Jalisco arqueológico. Descubrimiento de un antiguo observatorio astronómico, dice que durante los cambios de estación el Sol se asoma por la hendidura que se forma entre las tres rocas, iluminando a una cuarta piedra que se encuentra más atrás, a nivel del suelo. También dice que dicha secuencia de rocas es una suerte de construcción prehispánica con la intención de hacer observaciones astronómicas, de manera similar al sitio de Stonehenge, en Gran Bretaña.

El arqueólogo Joseph B. Mountjoy, de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro y quien ha realizado investigaciones arqueológicas en Nayarit y Jalisco desde 1967, afirma que “hay evidencia arqueológica en la región de ritos de renovación, ligados a la transición entre las temporadas seca y lluviosa desde la llegada de los primeros agricultores, alrededor del año 1000 a.C. hasta la época Colonial”. Según sus análisis, la actividad de grabar petroglifos fue muy importante en esos ritos, dedicados a conseguir las lluvias del dios solar. Aproximadamente 98 por ciento de los petroglifos estudiados por él, concluye, “están asociados a ritos de renovación relacionados con el Sol, el agua y la fertilidad y la mayoría parecen ser manifestaciones físicas de oraciones ofrecidas al dios solar para obtener lluvia, semejantes a los "milagritos" que algunos cristianos colocan en los templos católicos para pedir favores. “En Jalisco, la costumbre de grabar petroglifos probablemente comenzó alrededor de 300 a.C., y en algunas partes parece haber persistido más allá de la conquista española”, apunta Mountjoy.







En el sitio de Las Águilas los lugareños distinguen tres secciones: el observatorio, un centro de magia y un centro ceremonial. El observatorio se encuentra en la parte más elevada, en el punto medio de la cordillera. Caminando unos metros hacia el Sur la mirada alcanza el centro de magia: multitud de rocas de forma similar a los tres pilares del observatorio y que se abren paso hacia el cielo entre las ramas secas y pelonas de los cientos de árboles que las rodean. Se trata de la parte más extensa del terreno conocido como cerro El Molino. Mirando desde el observatorio, la lejanía las hace parecer una ciudad de fantasía construida para una cinta de ciencia ficción.

Hacia el Norte está el centro ceremonial, donde se encuentran enterradas construcciones de forma circular que pudieran ser prehispánicas, así como rocas que, a decir de Miguel Mora, tienen petrograbados sólo visibles cuando el Sol les pega de forma perpendicular a través del fenómeno de luz y sombra. La mayor parte del día son invisibles.

Schöndube no pudo confirmar la presencia de petrograbados: para ello se requiere de una segunda visita y realizar los estudios arqueológicos antes señalados. Sin embargo, explica que existe la posibilidad, ya que los petroglifos son inscripciones sobre piedras arraigadas al suelo, en las cuales los indígenas esculpieron formas que para ellos tenían significados religiosos. “Se considera que éstos se hacían en sitios sagrados para los mesoamericanos, puntos de origen donde de acuerdo a la cosmogonía indígena nació un dios, o donde surgió el agua que los alimentó”, dijo el arqueólogo.










En lo que respecta a la medición del tiempo, Schöndube recordó que los mesoamericanos medían el paso del tiempo con observaciones largas y continuas a partir de los cambios del punto de puesta o salida del Sol, guiándose con los picos de las montañas y las cunetas que se forman entre uno y otro cerro; puntos de mira para observar el movimiento del Sol en el horizonte. En un lugar plano donde no hay montañas no podían medir el paso del tiempo, necesitaban un horizonte con marcas. Las Águilas, señaló, es un sitio adecuado para observar el trayecto del Sol por su altura, desde donde se observa un horizonte amplio, cerrado a ambos lados en la lejanía, con picos de montañas y cunetas.

También explicó que en las fuentes documentales no hay datos de observaciones astronómicas prehispánicas en estos lugares, pero sí ha encontrado referencias de que los antiguos habitantes de la región subían a los cerros en determinadas fechas a venerar a sus dioses. En el volcán de fuego de Colima y en el nevado de Colima se han encontrado vestigios de esas ceremonias. Sin embargo, el investigador del INAH está convencido de que las características de las rocas son naturales y lo que pudo haber sucedido es que los indígenas se dieran cuenta de la posición y la hayan aprovechado para realizar sus ceremonias y hacer observaciones solares, es decir, les dieron utilidad, no las construyeron.

Schöndube sugirió una investigación amplia que involucre a geólogos y astrónomos de otras instituciones para verificar el tipo de formaciones rocosas y los fenómenos de luz que, se dice, ocurren durante los cambios de estación. También debería realizarse una investigación de campo para determinar con exactitud si hay vestigios arqueológicos y de qué tipo. De haberlos, habría que determinar la época en la que fueron elaborados y la cultura a la que pertenecieron. Al respecto, comentó que durante la época prehispánica la región fue habitada por grupos de migrantes de ascendencia náhuatl: principalmente chichimecas, así como cocas y caxcanes. Destacó que si bien el sitio no tiene el espacio suficiente para haber sido sede de algún asentamiento de carácter habitacional, el hecho de estar próximo a valles agrícolas muy ricos deja la posibilidad de que los pobladores de la región subieran a la cima de la cordillera hacer ceremonias religiosas.

A partir de la observación de superficie, Schöndube identificó la presencia de círculos elaborados con piedras menores por la mano humana, pero enfatizó “habría que excavar hasta su piso para verificar los materiales con que fueron construidos, ya que podría tratarse de algún tipo de edificación moderna de un cuidador de ganado”. Así mismo, verificó huecos en el centro de algunas rocas en forma de cuencos, y dijo que es factible que esta especie de orificios fueran elaborados por culturas antiguas para contener agua, pero también puede tratarse de formaciones naturales por un proceso de erosión.

Para realizar la exploración fue necesaria la guía de un poblador de Cuautla de nombre Manuel Rangel, que conoce el sitio “como la palma de su mano”, quien lleva a la cima del cerro Las águilas a los turistas interesados en conocer el “observatorio astronómico”. Para él, ahí pasaron cosas importantes que tienen que ser descubiertas y enseñadas al mundo con orgullo. El descenso de la pendiente es menos pesado y en el trayecto, con suerte el visitante podrá ver el vuelo del águila en su hábitat pues el nombre del lugar se debe a que ahí anidan águilas así como aves de rapiña que rondan sobre las rocas del centro de magia.

Los pobladores de Cuautla esperan la visita de más gente “de la que sabe de ciencia” para hacer del observatorio prehispánico una realidad, en esa ciudad pétrea de fantasía, enclavada en la cima de una cordillera seca de la sierra occidental de Jalisco; allá, por donde uno ha creído a veces... que nada habría después...

Cortesía: Guadalajara/Público

viernes, abril 11, 2008

Resabios del Folklore VII Propuesta a lector


Debido a la carencia de mesas de diálogo culturales en Unión de Tula, en estos Resabios del Folklore ponemos a discusión un breve listado de apuntes sobre la vida cultura local, esperando que en un futuro se puedan dar los espacios de discusión y análisis necesarios para tratar esta problemática.

A) El elemento primordial para que exista vida cultural en un lugar determinado es su sociedad civil, en este municipio la gente tiene fuerte identificación con su terruño y en el caso de la cultura, la mayoría se muestran participativos cuando se les requiere.

B) Dentro del área creativa existen talentos locales que conforman grupos de baile o música o que de manera individual buscan desarrollar sus ideas, esto ha sido un resultado de un paulatino cambio de actitud en la juventud en los últimos años.

C) El Ayuntamiento, responsable de la administración pública, dado la medianía poblacional del municipio, aún mantiene la actitud de estar cercano a la población en la toma de decisiones, por lo que generalmente se mantienen abiertos al dialogo en el caso de las cuestiones culturales.

Cabe mencionar que dado la amplia cobertura que tienen como Gobierno, es el principal eje coordinador de toda política cultural que se presenta en el municipio.

D) La Iglesia es otro actor determinante en la vida cultural del municipio, su proceder obedece a objetivos y programas bien definidos que generalmente vienen de diócesis o jerarquías superiores. Así como el ayuntamiento su rango de cobertura llega a prácticamente todos los habitantes del municipio.

E) Las escuelas locales son instituciones que por reglamentación interna se muestran comprometidas en la participación y apoyo de algunos eventos culturales específicos, ya sean fiestas religiosas o conmemoraciones oficiales, estas son el núcleo principal de las actividades que involucran culturalmente a los jóvenes tulenses, ya sea por sus actividades al interior de sus planteles en materias y talleres artísticos o cuando salen a las calles e involucran directamente a la sociedad en general como por ejemplo en sus semanas culturales.

F) En la sociedad en general se maneja un concepto de cultura muy limitado, lo que redunda en malas interpretaciones o rechazo a expresiones culturales ajenas o novedosas

G) Los tulenses se han vuelto dependientes de los programas de Gobierno o Iglesia y en la cultura no es la excepción, ya que si algún grupo privado o alguien en particular trata de promover algo, la sociedad se muestra en ocasiones renuente en su participación o colaboración.

H) Las carencias económicas, de planeación y de infraestructura con las que desarrolla las políticas culturales el Ayuntamiento limitan los avances de esta importante área del desarrollo municipal.

I) La Iglesia se maneja con duras restricciones conceptuales hacia la cultura, lo que ocasiona que solo promuevan lo que en su concepto consideran "benéfico" para la población, calificativo basado en dogmatismos que suelen ser represores a cualquier tipo de expresión que consideren atente la" salud física y mental" del individuo.

J). Las escuelas aquejan una carencia de innovación en sus programas culturales, ya que generalmente solo buscan cumplir el compromiso que les impone el reglamento interno, esta actitud de directivos y profesores se contagia al alumnado generando como resultado un ambiente hacia la cultura de desinterés o conformismo.

y al respecto…¿Cual es la opinión del lector?

Carlos Jesús Corona Villaseñor
zatrapa21@yahoo.com.mx