En esta primera década de siglo hemos transitado sin duda alguna a nuevas plataformas de comunicación e interacción respectiva en temas que son de interés general.
En este proceso no pasa desapercibido un proyecto virtual que en la incipiente llegada de los medios tecnológicos en nuestro municipio encontrara presencia en iniciativas civiles y particulares, ideas plasmadas en papel exclusivamente cuyo impacto era propiamente local pero cuyas repercusiones alcanzaron en un momento determinado los bytes.
Y es que la revolución digital abre una panorámica de expresión y libertad que ofrece la vertiginosa bondad de hacer llegar el mensaje de forma oportuna y en un diálogo permanente con los cibernautas, ya no se diga pues la interacción instantánea entre los mismos, principalmente avecindados en nuestra localidad como aquéllos ubicados en el exilio forzoso.
Una acción premeditada ocurrió en nuestro contexto, a la par, de la creación de la bitácora cultural de Unión de Tvla denominada "Revistapasatiempo" cuyo fundamento está sustentado en la necesidad de prolongar los acontecimientos en esta materia, se agrega un vínculo cuyo título "masomenosmonos" recurre a la disciplina artística y profesional que ha venido desarrollando su autor el Ingeniero Industrial Carlos Jesús Corona Villaseñor.
Forma y fondo que acredita su capacidad en la generación de trazos, basta una anécdota, un hecho que trasciende en la observación del ciudadano común y con esto, recurriendo obligatoriamente a la creatividad e ingenio se agrega una crónica a través del cartón.
No es de extrañar la decisión indiscutible que ha mantenido como promotor de los usos y costumbres en este punto del Estado de Jalisco y crítico en demasía de los acontecimientos sociales y políticos.
Sus antecedes lo delatan: publicaciones que ya son parte de la micro historia “Folklore”, “El Caracol” o “Semana a Semana” cobijaron el método que ha venido utilizando de forma casi “interrumpida”.
La red de redes amplió la concepción de la fórmula, el fenómeno de este “blog” traspaso las posibilidades que limitaban una distribución y un costo económico en un formato impreso agregado a un compendio de noticias, opiniones y la necesaria publicidad.
El proceso electoral municipal en 2009 no pasó desapercibido, era sencillo percatarnos del incremento de visitas y participaciones “anónimas”, aquéllas que iban a la denostación de candidatos o integrantes de planillas hasta la sublevación, los contrapuntos de un “campo de batalla” para declarar lo ciertamente imposible en encuentro de frente a los nombrados.
La cita era obligatoria para deducir por medio de la ilustración “el clima” predominante en el recorrido político.
En dicho tránsito de existencia fuimos testigos de lo que significaría la afectación de lo ahí expuesto, más de algún “actor” al verse “caricaturizado” con el debido derecho al reclamo hicieron saber su inconformidad al responsable de modo personal, irritación que tuvo su punto álgido apenas el pasado veintiocho de septiembre de dos mil diez, cuando en el colmo de la intolerancia la última de las publicaciones generó un desplegado en donde Carlos Corona como único y principal responsable señalaba los motivos y consecuencias de no acatar las recomendaciones que le fueron formuladas por uno de los ofendidos en un encuentro sostenido con los representantes del Gobierno e Iglesia Católica.
Todo indica que las discrepancias a “vox populi” entre los anteriores plasmadas en el formato del “dibujo” dieron origen al encono de la autoridad religiosa que con la influencia del primer edil fueron considerados ajenos a las buenas costumbres y sacrílegos, todo a razón del ultimátum que dio por finiquito a la “censura”.
Las reacciones de los “monoadictos” quedaron como una memoria del reflejo de una realidad compartida en la que sin temor a dudas coincidimos.
Cito a Carlos Monsiváis quien anota que el “cartón político no es un género que los lectores juzguen como subversivo, sino un instrumento que provoca risa y reflexión. Nos lleva entonces a un juicio certero de lo que ocurre a nuestro alrededor".
En la anécdota anterior se “desnuda” literalmente el empoderamiento de facto que un individuo llega a manifestar por escudar su envestidura sin el mínimo de apertura ante la crítica avalada por la firma, a sabiendas de ser “expuestos” públicamente por sus actos.
No corresponde al libre ejercicio y menos aún cuando es bien sabido que en ningún momento se han tomado atribuciones de juez por parte del dibujante, es tan solo reconfigurar irónicamente el momento sin denostar.
Se coartó la manifestación de ideas, a la crítica sustentada en el respeto irrestricto, la voluntad y participación de un ciudadano en hechos que atañen la convivencia y desarrollo de una sociedad local como lo es en particular lo que acontece en Unión de Tvla.
Con ello no se atentó hacia la dignidad y se menoscabó de manera insultante a quienes desfilaron en este paralelismo “entintado” de nuestra cotidianeidad.
Se evidencia la capacidad de dudar y reflexionar ante ímpetus que contravienen a principios fundamentales y con la acepción de universales otorgados ya por nuestra naturaleza de pensamiento, se infringe con la amenaza del sometimiento práctico y cuyo discurso discrepa la vocación de algunos que suponen humildad.
No se trata de fincar acusaciones, para bien, como espectadores el ejemplo es más que incuestionable, nuestro nivel de raciocinio interpreta a la caricatura como una extensión de nosotros y sensibiliza las debilidades de quienes al observarse fijamente “desenmascaran” sus demonios, lo anterior parecería digno hasta para un estudio concienzudo del perfil psicológico de los aludidos.
A otros increíblemente se aplaude el nivel de madurez para afrontar con humor su inclusión cuyos rasgos de parodia afectan en lo más mínimo su temperamento.
En tal extremo y volviendo al culmen del blog, con la debida ecuanimidad y en una resolución interpersonal la línea editorial cambió de criterios, Carlos ha evitado entonces la privación en la ya continuación de su crónica de lo habitual en la misma vía ahora con el título de "Monos Sin Espinazo".
Mientras la “materia prima” se continúa acumulando en los quehaceres de nuestros “servidores públicos” y las actitudes “involuntarias” de otros interesados, se llegó el momento de rememorar en un flasback tangible las múltiples historietas que nos otorgó el prolijo bastión virtuoso y virtual de "masomenosmonos".
Hoy, podemos traer a cuenta ese relato que nos pertenece a todos los que nos decimos tulenses en la rigurosa habilidad y experiencia hasta para “pintarse solo” de Carlos Corona.
De manera consciente validamos nuestra obligación en esa búsqueda de una sociedad civilizada en toda la expresión de la palabra, en esa transformación que se torna en esta complicidad hacia el trabajo del “monero local” y con el atrevimiento de ser único en la región.
Se nos ha otorgado la primicia de ser coparticipes en el génesis de un compendio que prolonga la estadía y ofrece un boceto a un futuro próximo en la consecución de nuestra micro historia.
Porque el mono no se tiñe, ni se borra, solo se transforma. . .
Muchas felicidades por este logro. . .