
Concurso de Cuentacuentos
El pasado miércoles recibí una llamada en mi teléfono celular, se trataba de José Manuel Gómez Castañeda, maestro de la escuela secundaria local, encargado de la sala de lectura municipal, pero sobre todo entusiasta por la cultura tulense; me invitaba a ser jurado el día siguiente en un concurso de Cuentacuentos a celebrarse a las cinco de la tarde entre los alumnos de la escuela secundaria foránea no. 6 de esta localidad. Le dije que aceptaba.
Llegué al plantel tres minutos antes de la hora pactada, como no vi a Manuel en el exterior, le llamé pidiéndole que, para no infringir algún tipo de norma al entrar sin autorización, por favor viniera a buscarme a la entrada para así ingresar juntos. A los pocos segundos el susodicho salió en compañía del director de la escuela, el maestro Ricardo Laureano Razo; saludé y los seguí rumbo al auditorio.
En el interior ya se encontraban sentados con su uniforme verdí-blanco, unos cien jóvenes estudiantes, caminé hasta el frente y me acerqué a la única persona que por el momento reconocí: La maestra Cristina Ruiz Santana, ella me presentó a la Cuentacuentos venida de Guadalajara Diademira López Barajas y a su esposo, platicamos. A un lado nuestro, frente al escenario, estaba ubicada una mesa con mantel verde y tres sillas para el jurado. Sobre la mesa se dispusieron tres carpetas que al interior contenían una hoja con los rasgos a evaluar y una trama cuadriculada para en ella ir calificando. Finalmente y como buen detalle, se colocó en cada lugar la ya clásica botellita de agua.
El evento inició a las cinco con diez minutos, los del jurado nos ubicamos en nuestros respectivos lugares, José Manuel, como maestro de ceremonias, presentó al director de la escuela secundaria, quién dio la bienvenida a los presentes e hizo oficial el evento. Acto seguido, Manuel retomó la palabra para hablar de las características del concurso llamado "Narrar para Imaginar" y después presentar a quienes integrábamos el jurado: La maestra Cristina, la Cuentacuentos y un servidor.
Cabe mencionar que este auditorio, para quienes no lo conocen, se compone solamente de un gran salón equipado con sillas plegables cuyo piso a desnivel tiene al frente un estrado de material, en donde como único elemento, se dispuso para los concursantes un micrófono de pie.
Para abrir con las presentaciones de Cuentacuentos, subió Diademira para compartir con los presentes el cuento "Los cinco horribles", con él dejó demostrada su capacidad y experiencia al motivar a participar de la narración a todos los presentes: alumnos, maestros y jurado. Esto mientras un par de maestras se daba a la tarea de hacer una rifa para definir el orden en el que subirían al escenario los jóvenes participantes.
Concluido esto, una de las maestras organizadoras se acercó a nosotros para darnos los nombres y el orden en el que irían los participantes, siendo algo curioso que no se nos proporcionaran los apellidos de los muchachos, sino solo el grupo y grado el cual cursaban. En total veinte alumnos, seis hombres y catorce mujeres… distribución digna de un posterior análisis.
Cuando subió el primer concursante y se paró frente al micrófono, vinieron a mi mente las películas de "Flash dance" o "A Chorus Line", en donde un jurado implacable estaba minuciosamente al seguimiento de todo tipo de detalle a calificar. Para ello, la hoja que se me había dado indicaba que se debían evaluar elementos como la entonación y modulación de voz, la expresión corporal, la naturalidad con la que se desenvolvieran, el grado de memorización de su cuento y el uso adecuado del lenguaje.
Uno a uno fueron haciendo acto de presencia, representado sus respectivos salones, alumnas y alumnos de primero, segundo y tercer grado, algunos con seguridad, otros con simpatía y los mas con un nerviosismo que inclusive en algunos llegaba a evidenciar mas un sufrimiento que el gozo que el evento de Cuentacuentos buscaba promover. Para ese momento y pese a que habíamos acordado los del jurado calificar las ejecuciones en el rango de uno al diez, decidí en lo personal evaluar del diez al seis, ya que consideré que el solo hecho de subir un alumno ante sus compañeros como público (y lo que esto representa), era motivo suficiente para evitar cualquier calificación reprobatoria.
Al llegar al turno del décimo segundo participante, se realizó por cuestiones de horario un inusitado "cambio de público", en donde los muchachos ahí presentes tuvieron que abandonar el lugar para que otros grupos entraran, en ese momento los del jurado aprovechamos para comentar sobre que presentaciones habían sido las mejores y nos dispusimos a hacer la sumatoria de las calificaciones de los respectivos concursantes que de momento se habían presentado.
La segunda parte de las presentaciones se dio, a diferencia del inicio, entre un ambiente de menor grado de atención por parte de los jóvenes presentes, bajo esa característica, los últimos ocho alumnos subieron a "contar" su respectivo cuento. Una vez finalizada la presentación de estos participantes, los integrantes del jurado nos dimos a la tarea de "calcular" y definir quienes habían sido los de mayor puntaje.
Algunos momentos después, entre aplausos, porras y vítores, Diademira, como invitada especial, hizo uso del micrófono para dar a conocer a los ganadores: José María de 1ro.A en tercer lugar, Gladys de 3ro.A en Segundo y María Guadalupe de 1ro.A en Primer lugar, a quienes se les hizo entrega de un diploma y un premio en económico. ¿El monto?, lo desconozco.
Finalmente como maestro de ceremonias, José Manuel agradeció a todos los asistentes e hizo saber que todos los participantes en el concurso obtendrían un diploma, a los integrantes del jurado nos invitó a subir al estrado para entregarnos de parte de la institución educativa un reconocimiento por nuestra participación.
De esta manera, a las siete de la tarde con quince minutos concluyó el Primer Concurso de Cuentacuentos "Narrar para imaginar" de la escuela secundaria foránea no. 6 al que fuí invitado como jurado.
Como reflexión personal debo decir que, cada vez que acudo a eventos de este tipo, es decir, en donde se presentan jóvenes de Unión de Tula, inevitablemente pienso en toda esa fuerza vital que siempre demuestran, algunos con creatividad o disciplina, otros con desparpajo e improvisación y otros con gracia y simpatía, y que por situaciones que no están en nuestra manos, la gran mayoría de estos muchachos entregarán todo ese esfuerzo y capacidad a un país que no es el suyo. En fin…
Bien por José Manuel, elemento indispensable al pensar en la promoción y difusión cultural de Unión de Tula en nuestros días, una pena que no se anime a participar en revistapasatiempo.com, sus razones tendrá: Exceso de trabajo, falta de identificación con el proyecto, marcar cierta distancia con algunas características contestatarias de este sitio, Etc. Sin embargo, sería muy enriquecedor agregar a este blog su visión mesurada y reflexiva sobre los diferentes tópicos de la vida cultural de nuestro municipio… además, las posibilidades tecnológicas de este sitio le vendrían bien, ya que ¡Él también es el cronista gráfico municipal!
Carlos Jesús Corona