A propósito de la lectura...
Los recuerdos de mi niñez en lo que a lectura se refiere es ver a mi papá leyendo libros y revistas en la sala o en el baño ,a mi mamá leyendo libros de recetas o "novenas" religiosas, recuerdo hojear las revistas “Duda” de mi papá o abrir con cuidado el pesado volumen del "Libro del Mundo Animal" de Selecciones del Readers Digest. Al paso del tiempo me adentré en las historietas, en donde el pequeño cuento semanal del "capulinita" era mi preferido, desde que empecé a practicar el futbol en la escuela, recuerdo como buscaba con afán ahí con Vizcaíno, la publicación chivas chivas ra ra rá, en donde a manera de caricatura se presentaba a los jugadores de diversos equipos de primera división como parte del reino animal y que tenía como protagonista a "chivito" un delantero goleador del "rebaño sagrado". Después de algunas visitas anuales de unos sobrinos oriundos de los Estados Unidos, a la casa de “Mamá Lola” mi abuela, y de su influencia en mis gustos historietísticos, empecé a leer historietas seriadas, "el hombre araña", los "cuatro fantásticos" y a “los vengadores".
Con la llegada de la adolescencia, mis gustos en la lectura cambiaron radicalmente, en esa época mi tiempo y dinero se orientaban sobre todo a discos Lp´s de rock pesado y por consiguiente las lecturas empezaron a girar en ese entorno, sobre todo recuerdo la historieta del "Simón Simonazo" y las costosas revistas en inglés (por su carácter de importación) Creem, Circus y Hit Parader que conseguía en el edificio "Mulbar" y en la "Sandy bookstore" de Guadalajara.
Fue en ese entonces que junto con un entrañable amigo me adentré en el universo "científico" leyendo libros de Erich Von Daniken, autor que teorizaba respecto a nuestros orígenes y su relación con los extraterrestres, este periodo culminó la obtención del autografo y dedicatoria personal del autor en una presentación en la librería "Gonvill" de la avenida Chapultepec.Es digno de mencionar que mi papá por medio de una prima, me suscribió a la edición en inglés de la revista "National Geographic" en donde a pesar de comprender poco el idioma, me concretaba a fascinarme viendo sus estupendas fotografías.
La preparatoria trajo consigo las visitas (al inicio forzadas) a la FIL (Feria Internacional del Libro), al principio recorriendo sus pasillos de manera despistada y ansiosa, pero gradualmente según progresaba cada edición, encontrando lugares específicos de mi interés.
Me inicié a la lectura formal y por afición leyendo un librito de cuentos cortos de Alain Derbez y La noche interminable de Juan Villoro, en donde los temas eran juveniles, urbanos y en algunos casos relacionados con el rock, para ese entonces ya con alguna independencia de movimiento en la ciudad, descubrí la librería "Jardín de los Senderos" en el pasaje "Variedades", en donde conocí un ambiente diferente para mostrar libros y otros artículos relacionados que inmediatamente me cautivó. Fue en este lugar que descubrí publicaciones que vinieron a modificar mis hábitos de lectura en forma contundente: primero "El gallito cómics" mi primer acercamiento a la historieta de autor y además la revista de sociología y análisis cultural "El Topodrilo" de la UAM.
Poco tiempo después, la librería "Gandhi" abriría su sucursal en esta ciudad, ahí fue donde me sumergí aún mas en lecturas "alternativas" y pude descubrir autores trascendentales para mi en ese momento: Bukowsky y su “Cartero”, “En el camino” de Jack Kerouac, “Generación X” de Douglas Coupland, además de algunas novelas nacionales que me llamaron mucho la atención sobre tod por su desparpajo: "Un hilito de sangre" de Eusebio Rubalcaba, "Bocafloja" de Jordi Soler y "Nada es para tanto" de Oscar de la Borbolla.
Es importante mencionar que para ese entonces la FIL era para mi un lugar en donde podía acceder a libros que no se conseguían en ningún, recuerdo haber adquirido biografías de grupos de rock: U2, The Smiths, The Clash, libros de diseño en inglés y algunos latinoamericanos, en especial cubanos.
Por circunstancias de la vida, tuve que regresar a vivir a la población de Unión de Tula, en Jalisco. Con ese cambió, tuve que restringir a semanalmente, quincenalmente o inclusive hasta mensualmente, mis visitas a recintos editoriales, Esa situación duraría algunos años hasta que con los avances técnologicos llegó el servicio de internet a la localidad, con este adelanto al alcance conocí de la venta en línea de libros (y discos). En México la librería "El Sótano" y la librería "Gandhi" llevaron (por medio de la Farmacia San Francisco) hasta la puerta de mi casa relatos de Naief Yehya y ensayos de Noam Chomsky por mencionar algunos. En Estados Unidos el portal "Amazon.com" en donde por medio de un "click" (y con tarjeta de crédito a la mano) pude adquirir libros de análisis de Cómics y novelas gráficas famosas de los que antes solo podía leer reseñas.
Para complementar esta breve narración debo incluir este elemento trascendental que nos ha venido a modificar gran parte los hábitos de nuestra vida diaria : La Internet.
En lo que a lectura se refiere es digno de mencionar la existencia sitios, blogs (como este), y revistas virtuales que ofrecen una amplia variedad de tópicos de lectura y en donde en ausencia del papel impreso, nos sentamos ante una pantalla a continuar con nuestras lecturas buscando seguir trasportándonos a otras épocas y otras circunstancias.
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